Pies y zapatillas de deporte van unidos cuando hablamos de un pie sano, una pregunta que a menudo nos hacen en nuestro centro de podología es ¿cuántos kilómetros podemos correr con las mismas zapatillas? La respuesta ya existe; según distintos estudios entre 500 y 700 kms. A partir de este ‘rodaje’ las zapatillas pierden capacidad de amortiguación, de estabilidad o de protección del pie. El motivo por el que existe esta horquilla (500-700) se debe a que no todas las zapatillas están realizadas con los mismos materiales, el terreno por el que se transita no es el mismo, y la pisada de cada corredor o corredora es muy distinta. Lo que sí es cierto es que ‘a medida que aumenta el uso y los kilómetros recorridos, desciende la capacidad de absorción del impacto, exponiendo a las articulaciones a una mayor fuerza de choque.’

Es importante no tomar la decisión de comprar unas zapatillas para correr por estética, marca o porque exista una oferta. Cada persona tiene unas características especiales a la hora de correr; peso, edad o morofología de su pie deben ser tenidas en cuenta. Además también hay que tener en cuenta el terreno en el que va a correr, su historial de lesiones (todo el mundo tiene uno…), su antropometría o el número de sesiones de entreno. Como siempre indicamos en nuestra consulta de podología un buen estudio de la pisada previene muchas lesiones, y dar a conocer a tu podólogo o podóloga las características de la zapatilla que vas a comprar también. Recuerda que nosotros vemos muchos pies a diario (básicamente no hacemos otra cosa…) y conocemos a fondo la materia; por eso algo que para nosotros es natural te puede ayudar en el proceso de compra de tus zapatillas para correr o para practicar otros deportes. 

Recuerda por tanto cuidar pies y zapatillas al mismo tiempo; existen apps para controlar el número de kilómetros que realizas en tu entrenamiento de running y esa será una buena base para saber el número de kilómetros recorridos. Si no; el tradicional papel y lápiz también te ayudarán para llevar la cuenta. Las zapatillas deterioradas pierden amortiguación, adherencia e incluso no sujetan correctamente el pie. Unas zapatillas excesivamente usadas pueden provocar lesiones relativamente importantes como metatarsalgias, esguinces o fascitis plantares. Así que recuerda; el control del buen estado de tus zapatillas es fundamental para tener un pie sano. Si cambias las llantas de las ruedas de tu coche… vía Instituto Valenciano del Pie.